El análisis físico, químicos y microbiológicos de los suelos constituye una de las herramientas más utilizadas para la recomendación de fertilizantes, debido a que se trata de una fuente de información vital para el manejo de suelos y cultivos, puesto que predice las probabilidades de obtener respuesta positiva a la aplicación de elementos nutritivos, ayudar en la evaluación de la fertilidad del suelo, determinar las condiciones específicas del suelo que pueden ser mejoradas y realizar recomendaciones sobre fertilización para situaciones específicas.
Análisis Físico del Suelo
La importancia de este análisis radica en la comprensión de las condiciones físicas de un suelo, conociendo así la rigidez y la fuerza de sostenimiento, la facilidad para la penetración de las raíces, la aireación, la capacidad de drenaje y de almacenamiento de agua, la plasticidad y la retención de nutrientes. Estos conocimientos conllevan a entender en qué medida y cómo influir en el crecimiento de las plantas, dando al cultivador una conciencia de la importancia de mantener las mejores condiciones físicas del suelo posibles.
Análisis Químico del Suelo
El análisis químico de suelos es una herramienta fundamental para evaluar la fertilidad del suelo y su capacidad productiva. Es la base para conocer cuál es la disponibilidad de nutrientes del suelo y/o propiedades edáficas variables en el tiempo y en el espacio, y así definir la dosis de nutrientes a aplicar, haciendo el cultivo más eficiente. Conocer estos parámetros ayuda a ser más consecuentes con el medio ambiente a la hora de su manejo.
Análisis Microbiológico del Suelo
El suelo no es solo el sustrato más utilizado en la producción agrícola, sino que además es un sustrato vivo y dinámico que representa uno de los ecosistemas más altamente biodiverso. Los microorganismos juegan un papel esencial en el mantenimiento de la calidad, la salud y fertilidad de suelo. Influyen en la disponibilidad y ciclaje de nutrientes en el suelo, proveen estructura, aportan en el control de organismos patógenos, degradan contaminantes orgánicos y favorecen la huella de carbono en el suelo. Los microorganismos tales como bacterias, hongos y virus son los más abundantes, y entre estos cumplen importantes funciones en el suelo y se relacionan de manera dinámica con las raíces de los cultivos en la rizósfera. La agricultura ecológica se hace mención a una trilogía donde coexisten plantas, suelo y organismos en conjunción con factores bióticos y abióticos que modulan el sistema productivo y en donde con certeza son más las bacterias, hongos y virus benéficos que los patógenos.